En 1756, el mineralogista Baron Crönsted descubrió la Estilbita. Este mineral, bajo el efecto del calor, pierde agua y da la impresión de hervir. Crönsted la llamó «zeolita», del griego zeo que significa «hervir» y litos que significa «piedra». Desde ese primer descubrimiento, la familia de las zeolitas ha crecido y es uno de los minerales más abundantes en la Tierra.
En la actualidad, se conocen casi doscientos tipos de zeolitas, de las cuales más de cuarenta son naturales.
Las zeolitas son aluminosilicatos hidratados. Las zeolitas son intercambiadores de cationes y minerales microporosos.
La microporosidad de las zeolitas confiere a estos minerales un área superficial muy amplia que varía de 100 a 800 m2/g. Dependiendo del tipo de zeolita, el tamaño y forma de los espacios (jaulas) varían de 6,6 Å a 13 Å y el de las ventanas (poros y canales) varían de 2,5 a 20 Å.
Las zeolitas se utilizan en multitud de aplicaciones que pueden agruparse en cuatro grandes sectores:
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Adsorción / desorción de líquidos y gases
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Acumulación de energía
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Intercambio de cationes
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Catálisis